domingo, 25 de octubre de 2015

Primera parte, Capitulo III: Boca Ratón, Florida

La calurosa noche iluminada por la seca luz de la Luna, en el ambiente playero de la costa, al oscuridad dibuja los arrecifes arropados por las olas del mar.Las estrellas acompañan a la solitaria satélite en su eterna morada, enseñando lo tranquilo y lo pulcro que presenta ese antro costero. En el puerto turístico de la costa, Tlaloc Entertainment & Associated, que por años le da albergue a turistas estadounidenses y de otras partes del mundo, para el disfrute y el deleite de la cultura floridiana. El tic-tac del reloj, junto con el pobre viento salado del mar, perfumaba el ambiente del pueblo hotelero.

Constanza Gutierrez, propietaria del lugar, da sus paseos rutinarios en su puerto vacacional como de costumbre. Sus canas sextagenarias se hacen ver la experiencia en su ojo empresario y humano. El lunar en su mano, marcado como un punto de tinta, desde su niñez en le da su importancia, cuando solía residir en Veracruz, México. Saluda humildemente a una pareja de europeos, que acaramelada mente se encontraban besuqueando en una de las escaleras del puerto. Luego se dispone a retornar hacia su oficina. Veinte minutos de trayecto, ida y vuelta, es lo que le toma a la sextagenaria propietaria en su paseo rutinario. Al llegar a su oficina, guarda su linterna en uno de los lotes, enciende las velas  que hacen comparsa con un altar qie veneran a uno de los tantos santos de la santería. Después de una oración, se dirige a una de las ventanas de su oficina, a fumarse un cigarrillo.El humo del cigarro hace interferencia en la disecada imagen del santo. El tintineo de una luz anaranjada hace aparición en la escena. Varias patrullas de la Zona, hacen prescencia en el lugar, poco a poco aumentando su velocidad a una de las playas cercanas al puerto hotelero. Al cabo dev 10 minutos llegan al lugar, donde otra horda de patrullas están reunidas. Se desmontan todos los oficiales, y se reúnen en un grán circulo, por donde está en el centro el Capitán de la brigada, dando las instrucciones de la intervención.

-¡Ok tropa, ellos pueden eludir a la guardia marítima, prto no nos pueden eludir a nosotros! - Vocifera el capitán. -¡Me importan que sean, cubanos, dominicanos, jamaiquinos o puertorriqueños; tampoco me importa que anden vivos y muertos!¡Tenemos suficiente  de esos simios tercermundistas en cada rincón de nuestra América, tienen que regresar a como de luar de dónde Fidel, Raúl, u otro maldito comunista que gobierne en la región!

-¡Capitán se acercan los objetivos!- Vocifera un oficial de la tropa. -¡Son tres en total!

-¡Ok, todos a su posición!- Ordena el capitán.

De modo cvas unísono, todas las patrullas se apagan es simultaneidad,  todos los oficiales se ocultan en los arbustos, mientras a lo lejos se divisan tres balsas que tienen color azul oscuro, para eludir a las autoridades, su lenta llegada a las orillas de la playa, se detiene junto a las arenas del lugar. No sale ningún pasajero de las balsas, generando suspenso y desesperación a la élite. Diez minutos han pasado, y ning8na acción de parte de los pasajeros. generando la desesperación al capitán de la brigada y de las demás tropas. Este no aguanta mas y se dirige a las tres balsas, los demás oficiales también le siguen en su cacería. En la corta pero intensa carrera llegan a su objetivo, alumbrando a las tres balsas una llevando por nombre, La Esperanza de la Virgen de Higuey. El capitán se acerca a una de las balsas.

-Bienvenidos todos y todas, viajeros a la tierra de los sueños y oiprtunidades... ¿Pero que demonios?- Se pregunta confundido el capitán.

Para sorpresa de toos, todas las balsas se encontraban totalmente vacías, sin ningún alma adentro. La confusíon y sorpresa, poco a poco se generaba, el capitán lucía un poco enojado por la situación. dar un viaje para encontrarse con este tipo de broma, absolutamente nada en el interiro del cofre. Al cabo de unos minutos, uno de los oficiales logra divisar a lo lejos, un majojo de figuras, flotando en el agua. Les era imposible divisarlas a lo lejos. El capitán ordena a tres de los oficiales a adentrarse al campo marítimo, para poder identificar al grupo de figuras. Los tres oficiales se adentran en el agua, y al cabo de treinta segundos, se acerca a una de las figuras, y para llevarse la lúgrube sorpresa, de que era el cadáver de un infante menor de siete años de edad. Lo mismo encontraron los dos oficiales, y en un isntante, una horda de cadáveres los atraviesan, al paso de dirigirse a la orilla. Uno de los cadáveres se detiene justamente al frente del capitán. Este se acerca al cadaver de un hombre adulto y se percata de que tiene un agujero en su frente. que a pesar de que el cadáver sde encontraba en el agua, en el agujero, salía humo, como si el ataque fuera reciente. Lo mismo sucedío con los otros cadáveres. Setenta y cinco en total.

-¿Qué clase de animal le haría esto a estas pobres personas?-Dice consternado uno de los oficiales.- ¿Usted cree que fueron piratas, capitán?

-Lo más seguro.-Dijo conmocionado el capitán.- Al parecer quieren dejar dicho que son los nuevos amos del mar. Avisen al condado de lo sucedido.

-¡Oiga, capìtán!¡Hay pisaadas frescas cerca de la orilla, al parecer hay uno de los pasajeros diambulando por el área!- Dice uno de los oficiales.

-¡Encuentrenlo! De lo más seguro tiene que saber de lo sucedido.-Ordena el capitán.

Empieza la intensa búsqueda del sobreviviente de aquella masacre. Oficiales con linternas y armas en mano se internan en el pantano cercano a la playa. La oscuridad  y lo que le guardaba el pantano era el principal misterio de la noche. Helicopteros vuelan por el área buscando al sobreviviente sin éxito. Perros olfatean el suelo pantanoso para saber si logran encontrar el paradero del sobreviviente. Al cabo de casi una hora de búsqieda uno de los oficiales encuentra el cuerpo abatido del sobreviviente, con pocos signos vitales de vida. El sobreviviente tiene menos de treinta años de edad, con ropas harapientas, una extraña cicatriz cerca del entreojo, el extracto de una tela diseñada con flores, y un collar con signos indescifrables colgando en su cuello. De facciones caribeñas, pelo negro, largo rizado, y una barba medio descuidada, era el retrato de aquel hombre. Con mucho cuidaddo los paramédicos sacan el individuo del pantano, lo montan en una camilla, lo suben en el helicoptero y lo llevan al hospital. En un lapso de media hora, ya el helicoptero llega al hospital. empiezan a examinar al sobreviviente, y encuentran extrañas cicatrices que hacen mapa en su cuerpo, sus signos vitales empezaban a mejorar. Lo que les preocupaba a los doctores, era la intensa fiebre, que el sobreviviente emanaba. Sobrepasaba los 50 C, lo que se suponía que el sobreviviente tendría una extraña epìdemia. Después del diagnóstico, el sobreviviente fue puesto en una habitación custodiadia por dos oficiales.

Tres días después una de las enfermeras, va a la habitación custodiada donde reside el sobreviviente. Se dispone a chequear los signos vitales, y se encuentra todo normal. Pero la fiebre seguía aumentando, y justo cuando la enfermera retira el termómetro, el sobreviviente le sujeta la mano fuertemente diciendo lo siguiente:

-Sheera... Sheera... He regresado.- Dice delirando el sobreviviente.- Tu hermano Ahmed ha regresado.

Luego de esto se desmaya. Los dos oficiales se comunican con el capitán de la brigada para informarle lo sucedido. Al lapso de media hora llega al hospital, acompañado de un compañero de brigada. Entrevistan a la enfermera que atendió al sobreviviente y se percataron en el brazo de la enfermera tiene una extraña quemadura menor de un grado. Luego se dirigen a la habitación y ven al sobreviviente terminando de comer.

-Buenas tardes, señor, me llamo Dale Jacobs, capitán de la estación de policía de Miami Florida, éste es mi compañero el detective, Shane Ginsberg.- Dice el capitán.- ¿No le importaría si le hablo en inglés o en español?

-Descuide oficial, puedo hablar ambos idiomas.- Responde el sobreviviente.

-Excelente, en ese entonces, como nos comunicó la enfermera, su nombre es Ahmed ¿Cierto? -Pregunta el capitan.- Incluso usted llamó a la enfermera por el nombre Sheera ¿Nos puede contar quién es Sheera?

-Si... Mi nombre es Ahmed Gant, proveniente de Egipto, junto con mi hermana Sheera Gant. Realmente no me acuerdo la última vez que nos vimos.- Responde Ahmed.

-Entiendo, mire señor Gant. La razón por la cual usted está siendo custodiado por nosotros, es que usted es el único sobreviviente de una de las tres balsas que vino llena de indocumentados. ¿Cierto?- Dice el detective Ginsberg.

-... Si, si mal no recuerdo, partimos como polizontes, desde Higuey, República Dominicana.-Responde Ahmed.- ¿Cómo están ellos?

-Señor Gant, lamento decirle que todos los tripulantes de las tres balsas han sido asesinados, usted ha sido el único sobreviviente de esa masacre.-Dice el capitán Jacobs.- También usted haya sido testigo ocular de lo sucedido. Queremos hacerle mas preguntas pero va a tener que acompañarnos al recinto.

-Creo que estas prendas le pertenecen a usted.- Dijo el detective Ginsberg.- Venían con usted cuando lo encontramos.

Le entregan a Ahmed el collar con el extraño signo, incluyendo el extracto de tela con el diseño de flores. los oficiales acompañan el grupo hacia el precinto, custodiando a Ahmed a cada momento. El motor de la camioneta enciende forzosamente y se dirigen hacia el precinto. En el camino completo, los dos oficiales iban hablando con el capitán y el detective, mientras Ahmed iba en silencio mirando hacia un punto en el horizonte. Agarraba fuertemente la tela rota, mientras el collar que colgaba en su cuello extrañamente una luz anaranjada incandescente empezaba a brillar lentamente en los signos del collar. La cara de Ahmed empezaba a palpitar y las llagas empezaban a invadir sus ojos. Una silueta de una mujer de facciones indias suramericana aparecía sentada al frente de los muslos de Ahmed, de manera seductora. Pelo lacio negro, ojos café oscuros, vestido con diseño de flores, cara totalmente fina y una sonrisa pícara, mira directamente a Ahmed. Le acaricia la cara lentamente y le dice lo siguiente:

-¨Sigues con ese fuego amor mío, fuego difícil de extinguir.-Le dice la mujer a Ahmed.- Tu búsqueda no termina aún.¨

-Si querida, no he llegado a mi morada principal.- Le responde Ahmed a la mujer.

-¨Escelente amor mío. Pero antes de que llegues a tu morada, quiero que hagas algo... Por mí.¨-Le siguiere la mujer mientras le dirige la mano de Ahmed a su seno al descubierto.

-¿Qué quieres que haga por ti querida?- Le pregunta Ahmed a la mujer mientras besa la mano de esta.

-¨Para que esta fuego continúe... y no llege nunca a extinguirse... Acaba con elllos.¨-Le dice la mujer a Ahmed.

-Cumpliré todos tus caprichos querida.- Le responde sombríamente Ahmed a la mujer.

La muer lentamente se desvanece, haciendo que Ahmed se quede mirando al vacío de nuevo. Las llagas de sus ojos se aclaran más y su cara empieza a palpitar nuevamente. De repente, humo empieza a salir por cada una de sus extremidades, sin que cada uno de los presentes se percatara. La camioneta sigue su camino hacia el precinto. En el precinto, varios oficiales se encuentran charlando efusivamnte de cosas cotidianas. una mujer con el ojo morado, arriba al lugar para denunciar abuso doméstico por parte de su pareja. El oficial estaba a punto de tomar el reporte cuando se percata, de que la camioneta del capitán Jacobs arriba al a entrada, pero no aminora su velocidad, la acelera embistiendo fuertemente a la puerta de la entrada principal. Los presentes se esconden detrás de una pared y la camioneta amortiguó su velocidad con la mesa principal. Un oficial sale de la pared  y se dirige hacia la camioneta, mientras el humo se dispersaba se miraba la imagen del capitán Jacobs, con la cara postrada con el volante. El oficial lentamente levanta la cabeza del capitán y se horroriza al ver los ojos de éste totalmente calcinados; al detective Ginsberg con la garganta degollada y los otros oficiales misteriosamente asfixiados. OLa puerta de atrás se abre lentamente, haciendo que uno de los oficiales caiga lentamente al suelo. un silbido tarareado sale de la parte de atrás, haciendo que el oficial desenfunde su arma de reglamento. La silueta de Ahmed sale tranbquilamente de la camioneta, pisando el abdomen del fenecido oficial.

-¡Wow, eso fue increíble! Como quisiera intentarlo de nuevo, pero creo que necesitaremos un nuevo cofer.- Dijo sombríamente Ahmed.- ¿Acaso quieres ser el nuevo chofer?

-¡Ponga las manos dónde pueda verlas!- Responde asustado el oficial.

-¡Wow, tranquilicese americano, yo no vine aquí a entregarme!- Responde animosamente Ahmed.- Digamos que vine a seguir su juego, pero asegúrese, vengo a acabar con todos aquí.

Seguido de esto, Ahmed se avanza hacia el oficial, inmovilizándole la mano hasta el punto de romperle la muñeca, luego golpeándole el rostro continuamente con su rodilla. Otros oficiales acuden para ayudar al oficial que está siendo atacado.

-¡Oh sí, que siga la fiesta!¡¿Quién quiere ser el próximo que quiere bailar?! Pregunta Ahmed.

Los oficiales se acerca a atacar a Ahmed. éste les espera, comenzando su brutal ataque hacia el grupo. Huesos rotos por doquier, gritos de dolor, sangre salpicando por las paredes, balas disparadas de las armas y Ahmed peleando con emoción, hacen ver la escena como un cuadro surrealista en el precinto. Ya cuando todos los oficiales caen abatidos en el suelo, Ahmed mira a su alrededor y alza los brazos en señal de victoria. El sonido de un disparo de escopate, estropea por el momento la celebración de Ahmed. Otro oficial aparece en escena apuntando a Ahmed con la escopeta.

-¡Maldita rata, las manos donde pueda verlas!-Vocifera el oficial.

-Está bien, está bien. Pero primero respóndame esta adivinanza visual.- Dice Ahmed, alzando sus brazos de lado a lado.- ¿Quién soy? La pista es que no soy ese inepto nazareno que se sacrificó por tí para salvarte de los pecados que acabas de cometer.